Creencias irracionales en el tenis

"Mucho del éxito está en la mente. Debes creer que eres el mejor, pero para llegar a eso, debes asegurarte de trabajar incansablemente"

¿Alguna vez te has percatado de que tus pensamientos o tus creencias no te ayudan en un determinado momento? Es decir, sucede alguna situación en particular y, en vez de que te sientas bien, eso te hace sentir emocionalmente inestable y por consiguiente tus conductas no son las apropiadas. Veamos un ejemplo clásico en el tenis:

    Decides inscribirte a un torneo y estás en espera de que salgan las gráficas de juego, y para tu mala suerte (según tú), al hacer el sorteo del draw resulta que te toca jugar contra el rankeado #1. Antes de jugar ya te pones nervioso(a) y empiezas a dudar de ti mismo(a). A la hora de jugar inicias con dobles faltas (todos están extrañados de tu actitud ya que en los entrenamientos estabas sacando con una muy buena colocación y potencia), y rápidamente el contrario se pone arriba en el marcador y eso te pone aún más tenso(a) en el partido. Y bueno, eso no es todo, se van acercando varias personas a ver tu partido (porque para tu "buena suerte" estás jugando en la cancha principal) y comienzas incluso a cometer más y más errores porque te preocupa lo que dirán de ti los demás jugadores. El juego es todo un desastre, y terminas perdiendo el partido frustrado y decepcionado de ti mismo(a) porque sabes que no jugaste tu mejor tenis. Rápidamente te sales de la cancha triste y enojado por lo que acaba de suceder.

    Pareciera que es anécdota de otro lugar, pero no lo es. Cuántas veces no nos ha pasado algo similar, y aquí sólo abordamos un ejemplo, porque se puede aplicar en otras muchas otras más situaciones incómodas que en la mayoría de ocasiones, si no sabemos cómo reaccionar nos pasará como al protagonista de la historia que acabo de contar. 
    
    Afortunadamente, la Ciencia de la Psicología nos brinda muchos recursos que podemos aplicar y que nos pueden ayudar a controlar esas situaciones que por momentos parece salirse de control, y que como comentaba en mi artículo anterior, una de las principales causas por las cuales se nos dificulta lidiar con muchos de estos conflictos es porque no hacemos de nuestra mente... ¡nuestra mejor amigo! En vez de que nuestra mente sea nuestro mejor aliado y compañero, parece que es nuestro peor enemigo.

    Por suerte hay alternativas... y una de ellas es trabajar con nuestras creencias. Existe un modelo psicológico llamado ABC de la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis, que ha sido muy eficiente para el tratamiento de creencias irracionales. Las creencias irracionales son aquellas que "suponemos", "creemos" o "imaginamos" que puede pasar pero que no tienen ningún sustento, es decir, no hay evidencia real que avale nuestro argumento. Pongamos un ejemplo de esos que suelen pasarnos de vez en cuando: 

    "Vas 5-5 en el tercer set y te da miedo arriesgar tu saque por lo que en consecuencia empiezas a jugar de manera muy conservadora, cambias totalmente la estrategia que ibas manejando y tu rival se da cuenta de ello, por lo que él en cambio se arriesga un poco más y termina quebrándote el servicio, eso le da aun mayor confianza y saca con mucha potencia y colocación quitándote toda esperanza de ganar el partido. Al concluir, todos se acercan y te comentan que se notó tu desconfianza e inseguridad y que debiste de haber sido más valiente en los momentos claves del partido".

    ¿Qué pasó ahí? ¿Fue la mejor manera de ver las cosas? Si fuera así, ¿por qué sintió miedo en vez de valor? Bueno, ahora veamos la situación desde un punto de vista más favorable. Cambiemos la propuesta a una mejor manera de ver y pensar mejor las cosas:

    "Sí, vamos 5-5 en el tercer set, el partido está muy parejo y prácticamente al menor descuido puede ser la diferencia entre ganar o perder. Por lo que, estaré aún más concentrado en mi técnica, la potencia y la colocación de mi saque han sido clave para mantener mi servicio. Si me enfoco en hacer lo mejor posible podré ganar el juego y arriesgarme un poco más en la devolución, eso puede generar presión en mi rival y darme la oportunidad de quebrarle el saque y ganar el partido. Venga, parece un buen plan, a darle con todo". 

    ¿Si vieron la diferencia? En vez de inseguridad mostró confianza en sus capacidades porque se enfocó en lo que sabía hacer bien. Y sí, la diferencia de ganar o perder el partido, a veces no sólo es una cuestión de fortaleza física o de estrategia, sino que muchas veces la parte mental hace su función, y si no la utilizamos de manera correcta, ésta puede jugar en nuestra contra y repercutir en nuestro nivel de juego.

    El proceso es simple: nuestros pensamientos generan nuestras emociones y nuestras emociones generan nuestras conductas. Si deseamos conductas más adaptativas y favorables ante los problemas que se nos presentan, debemos poner atención en nuestros pensamientos. Si estamos sintiendo miedo, seguramente estamos pensando en que estamos en una situación de peligro y nuestro cuerpo actúa como tal, pero si consideramos que estamos ante un desafío y que requerimos dar lo mejor de nosotros, entonces nuestra mente pondrá de su parte y nuestro comportamiento será más adecuado ante dicha situación.

Tarea semanal:
Cada vez que tengas una emoción incómoda en un partido o en el entrenamiento, detente un momento, y pregúntate, ¿a qué pensamientos estoy prestando atención? Recuerda que cuidar tus pensamientos generarán mejores sensaciones y por consecuencia mejores conductas. ¡Éxito!

Responsable del Blog:
Lic. Hannay Octavio Carbonell Zúñiga
Psicólogo Deportivo
Especialista en el Deporte del Tenis

Contacto: 
Whatsapp: 2225083493 
Facebook: Mente Fit
Correo: mentefitpuebla@gmail.com



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y tú... ¿Por qué juegas al tenis?

Características psicológicas del tenis de competición